La Raíz

La idea

Escuchando y compartiendo

Podríamos refugiarnos en datos estadísticos, pero la realidad es que este proyecto nace de simplemente estar presentes.

Tanto María como Alba se desenvuelven en ambientes multidisciplinares, por un lado, la comunicación, el marketing y los medios digitales, por otro, conectando con la gente a través de talleres y formaciones.

En muchas de sus clases, impartidas en zonas no metropolitanas de Canarias, en municipios de menos de 5000 habitantes, descubrieron una necesidad urgente: la de nuestros mayores, quienes, a pesar de su sabiduría y experiencia, se enfrentan a un mundo digital que parece dejarlos atrás. Raíces Digitales nació de esa constatación, del deseo de devolverles la conexión y el sentido de comunidad.

La forma

Digitalización y creatividad

Con la idea clara en mente, las creadoras de Raíces se pusieron manos a la obra para darle forma y sentido al proyecto. El eje principal es la digitalización de lo cotidiano: enseñar a los mayores a manejar la banca digital, navegar por las administraciones públicas, conectarse a través de redes sociales, y realizar compras online. Sobre esta base sólida, construyeron el resto, adaptándose en tiempo y espacio según las necesidades de las entidades públicas o privadas que las contratan, sin perder nunca la raíz esencial del proyecto.

Para ellas, es fundamental que la creatividad y la libertad de expresión estén siempre presentes. Por eso, de manera transversal, el arte se convierte en una parte esencial del proyecto. No se trata solo de aprender a usar la tecnología, sino de utilizarla como una herramienta para crear.

Los mayores relatan sus historias a través de fotos y vídeos capturados con sus propios teléfonos móviles, convirtiendo su aprendizaje en una forma de arte personal y significativo. Raíces Digitales es tanto una oportunidad para conectarse como una invitación a expresarse.

Arturo Jiménez©

Arturo Jiménez©

El espacio

Móviles, tablets e internet

Lo único que necesitan es una sala cómoda, un lugar donde los mayores se sientan seguros y tranquilos. Cada alumno solo requiere un móvil o una tablet y acceso a internet en el aula.

El resto lo ponen Alba y María. Con su experiencia, paciencia, y entusiasmo, transforman ese espacio en un entorno de aprendizaje cálido y accesible, donde cada persona se siente acompañada y valorada en su proceso. En este ambiente de confianza, la tecnología deja de ser una barrera y se convierte en una herramienta para conectar, crear, y descubrir nuevas posibilidades.

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